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Son fáciles de usar. Las marcas más serias ofrecen paneles explicativos en varios idiomas, cada vez más reforzados con códigos flash que permiten a los principiantes acceder a consejos profesionales a través de vídeos que puede ver en su smartphone o tableta.
Pero la razón principal del éxito de estas zonas de fitness es su convivencia. Son una oportunidad para mezclar generaciones, hombres y mujeres, sanos y discapacitados. Los distintos fabricantes lo han entendido y han desarrollado su catálogo en consecuencia con equipos que pueden albergar hasta ocho personas al mismo tiempo. Para ello, han creado plumas en las que es posible acoplar varios equipos al mismo tiempo. Este principio permite incluso convertirlo en un lugar de integración entre personas sanas y discapacitadas. Basta con combinar en las mismas estructuras talleres para personas sanas y talleres para personas discapacitadas.
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