Por eso, no será difícil convencerle para pasar unas vacaciones en uno de los 34 campings de la Costa de Granito Rosa o en uno de los 48 campings de la Costa Esmeralda.
Así, el camping Le Mat***, en el municipio de Trévou-Tréguignec, en Costas de Armor, está situado en el corazón de la Costa de Granito Rosa. En él, puede disfrutar de una vista de las 7 islas y de una piscina cubierta y climatizada, animaciones y veladas de baile. En el municipio de Matignon, sin dejar Costas de Armor, se encuentra el camping Le Vallon aux Merlettes***. Un camping familiar situado a 4 kilómetros de las playas de St-Cast-Le-Guildo, ideal para visitar el cabo Fréhel y la Costa Esmeralda. El camping Longchamps**** está a 30 kilómetros al este del cabo Fréhel en Saint-Lunaire en el departamento de Ille y Vilaine. Cuenta con varias piscinas: climatizada, al aire libre y cubierta, está situada a 100 metros del mar y ofrece veladas animadas y un miniclub para sus hijos. Por último, el camping Emeraude*****, cuyo nombre deja adivinar su situación. Instalado en Saint-Briac-sur-Mer (Ille y Vilaine), se encuentra a orillas del mar, cerca de St-Malo, y dispone de alojamientos de gama alta, de piscina climatizada y otra cubierta y de un bar-restaurante con terraza.
La Costa de Granito Rosa
Entre Trébeurden y Perros-Guirec, un paisaje singular y sorprendente espera a los curiosos, a los que buscan una naturaleza preservada. Situado en Costas de Armor, debe su nombre al color de los bloques de granito que bordean la costa, un color procedente de la mezcla de tres minerales, que los convierte en toda una rareza geológica natural.
Le recomendamos visitar la capilla de Nuestra Señora de la Claridad, Monumento Histórico de Perros-Guirec, así como la estación balnearia de Ploumanac’h, en Perros-Guirec, elegida «pueblo preferido de los franceses» en 2015. Posee tres playas y dos puertos de recreo. Desde el faro podrá ver el archipiélago de las Siete Islas, que alberga la mayor colina de aves marinas del país. Solo la Isla de los Monjes es accesible y permite descubrir su encanto y las aves que abriga.
A 10 minutos de Perros-Guirec, Trégastel es, por su parte, una localidad familiar con un paisaje natural, calas y playas. Pero la villa costera es especialmente rica en monumentos megalíticos y edificios religiosos.
La punta de Bihit es un enclave natural. Según la época del año, está cubierta de brezos, helechos o tojos. Aquí podrá gozar de una magnífica panorámica de la bahía de Lannion y la isla Losquet. Con un poco de suerte, podrá llegar a contemplar las nutrias que disfrutan del sol.
La atractiva ciudad de Lannion merece una visita. Aquí se respira todo el ambiente de la antigua ciudad medieval a través de la arquitectura, los callejones y las calles empedradas, así como por la belleza de las casas con entramados de madera. Desde lo alto de sus 140 peldaños, la iglesia de Brélevenez le ofrecerá una magnífica panorámica.
Por último, la Costa de Granito Rosa ofrece muchas actividades de ocio acuático en el agua, como el piragüismo, el catamarán o la vela. Pero también se puede practicar el senderismo, que le permitirá descubrir lugares salvajes y únicos.
La Costa Esmeralda
A caballo entre Ille y Vilaine y las Costas de Armor, la Costa Esmeralda, que se extiende entre Cancale y cabo Fréhel, debe su nombre al color excepcional que adquiere el mar según la luz.
¡La naturaleza ofrece aquí un paisaje cambiante y espectacular gracias a sus mareas, las más grandes de Europa! Las bahías de Saint-Malo y Dinard son características de este sorprendente fenómeno natural. Al retirarse, el mar deja una inmensa extensión de arena que ofrece actividades diferentes a las propuestas con marea alta, como la pesca a pie, la recogida de conchas, la pesca de cangrejos y gambas, una actividad muy lúdica para los niños.
En las localidades playeras como Dinard, Saint-Malo, Saint-Lunaire, Saint-Briac o Saint-Coulomb no faltan las playas de arena fina que merece la pena descubrir.
El cabo Fréhel es uno de los lugares de obligada visita de la Costa Esmeralda. Ante todo, es une reserva ornitológica en la que las plantas proporcionan a cada estación un color natural increíble. Los acantilados de 70 metros de altura ofrecen una vista excepcional, y desde ellos se pueden observar las aves marinas (gaviota, cormorán) y a veces hasta algún pingüino, ya que que en los acantilados viven una veintena. Se puede hacer una excursión en familia hasta el castillo de Fort La Latte, y allí subirse al torreón y contemplar el paisaje. Un castillo que encanta a los niños.
La península de Saint-Cast-le-Guildo ofrece unos paisajes magníficos, con su puertecito encantador, los acantilados y los caminos costeros, sin olvidar las siete playas de arena fina.
Saint-Malo y Dinard son las dos ciudades imprescindibles de la Costa Esmeralda. Saint-Malo es una ciudad fortificada en la que el paseo por las murallas, con la vista que ofrece, resulta obligado.
Lo mismo ocurre con Dinard, con sus paisajes fascinantes, sus villas Belle Epoque, sus paseos vivificantes en invierno y sus actividades en verano.
Y para terminar, está Cancale, famosa por las ostras planas salvajes y las ostras huecas de criadero, y también apreciada por su bonito puerto y su bahía mítica. Desde la punta de Crolles, disfrutará de una magnífica vista de Mont-St-Michel y su bahía.